Que uno prefiera no pensar en algo o en alguien no significa que ese algo o alguien vaya a desaparecer. Lo que puede pasar, en cambio, es que aquello que queríamos ignorar irrumpa de nuevo, regrese sin avisar y nos dé un susto de muerte. La desagradable sorpresa nos devuelve a la realidad, nos recuerda que las cosas son como son y no como nos gustaría que fueran. Nos resitúa y nos obliga a corregir la perspectiva. Rasga el velo de olvido que habíamos posado sobre lo que nos incomoda o incluso nos angustia. La desagradable sensación que acompaña a … Continuar llegint