En política, en la política de verdad, los sentimientos tanto individuales como colectivos son fundamentales. Imprescindibles como motor de lo que sucede en cada momento y también, por consiguiente, para la comprensión de lo que está pasando. El movimiento popular soberanista no se puede comprender sin tener en cuenta los sentimientos. Unos sentimientos que han desembocado en lo que se ha llamado la desafección y la desconexión de los catalanes en relación a la España oficial. Una España oficial que para muchos no solo ha menospreciado la catalanidad –la diversidad– sino que no ha dejado de combatirla por tierra, mar … Continuar llegint