Firmada la semana pasada la llamada hoja de ruta, ahora debe llevarse a cabo el mayor de los esfuerzos para que se sumen cuantos más actores políticos y civiles mejor. Si es preciso flexibilizar sus términos, hágase. Aunque da margen para una ahora muy improbable negociación con el Gobierno español, la hoja de ruta fija una determinada trayectoria. Una trayectoria de colisión no solo con el Gobierno español, sino también con el poder legislativo y judicial del Estado, así como con el gigantesco entramado mediático españolista. Históricamente, España ha hecho muy poco para honrar a Montesquieu, esto es, para garantizar … Continuar llegint