El debate en TV-3 de la campaña del 2006 fue, tácticamente, un cuatro contra uno. En este sentido, el peor momento llegó cuando, de forma insospechada y justo antes de sonar la campana final, Carod-Rovira atacó virulentamente a Mas acusándole de no desear que Montilla fuera president por su origen inmigrante, golpe bajo que los convergentes tardarían mucho en olvidar. Todos los sentados a la mesa triangular de Cuní sabían que, pese a las promesas de no hacerlo, si los partidos de izquierdas alcanzaban los 68 diputados se reeditaría el Gobierno de coalición. Así es que el tripartito, pero también … Continuar leyendo
