Una de las características definitorias del catalanismo o nacionalismo es su obsesión por la convivencia, por la cohesión civil, es decir, por evitar la fractura entre aquellos que se sienten más catalanes que españoles y los que se sienten más españoles que catalanes. « Catalunya, un sol poble », fue uno de los lemas más felices de la transición. El pujolismo y la izquierda fueron siempre conscientes de que la convivencia es sagrada, y eso ha hecho que a lo largo del tiempo los conflictos hayan sido mínimos. El modelo catalán ha sido y es, en ese sentido, ejemplar. Hoy … Continuar leyendo