En ‘Un día de furia’ (1993) Michael Douglas está absolutamente genial. El film empieza con William Foster (Douglas), un hombre corriente y perfectamente sensato, que se encuentra bloqueado en un atasco oceánico en Los Ángeles, justo cuando se dirige al cumpleaños de su hija. El calor es agobiante, una tortura, de manera que poco a poco el hombre va perdiendo la serenidad hasta perder completamente la chaveta y convertirse en un auténtico psicópata, que dejará tras de un reguero de caos y destrucción. La cinta ha sido interpretada como el mordaz retrato de la sociedad norteamericana de los noventa. Bien, … Continuar llegint