A Felipe VI debió quedársele cara de pasmo el jueves, igual que a los que oímos las palabras de Rajoy ante la prensa. Resulta que el presidente del Gobierno español en funciones ha vuelto a innovar. Si la primera vez, tras las elecciones de diciembre, declinó, pese a haberlas ganado, someterse a la investidura, esta vez ha ejecutado una maniobra igualmente inédita -e inaudita- pero más aviesa y sofisticada. Le dijo al Rey, y a continuación a todo el mundo, que, vale, que va a ponerse a negociar, y que ya le informará de cómo le ha ido. Si cuenta … Continuar llegint