El lunes de Pascua me vi sorprendido, como todos, por el anuncio por parte del Gobierno español de un recorte suplementario de 10.000 millones en sanidad y educación. De inmediato pensé en el conseller Mas-Colell y en cómo se le habrían erizado los pelos de su sabia testa, y me asaltó nuevamente un sentimiento de perpleja admiración. ¿Quién le mandaba a este hombre, a sus años y con su currículo, meterse en tan soberano e irritante lío? Luego pensé en su jefe y en su afán de ser serio, cumplidor, fiable. Artur Mas ha sometido el presupuesto catalán a una … Continuar llegint