No suele ocurrirme prácticamente nunca, pero esta vez me quedé hipnotizado, entre la fascinación y el terror, frente a la pantalla de televisión. Transmitían desde Pekín imágenes del desfile conmemorativo del 80 aniversario de la victoria sobre Japón y el final de la Segunda Guerra Mundial. Ante mis ojos, los misiles nucleares chinos capaces de alcanzar cualquier punto del planeta, los enormes Dongfeng-5C. La China de Xi Jinping había prometido la exhibición militar más grande de la historia, y allí estaba. Además, y por primera vez, el mundo podía ver a Xi Jimping junto a Vladímir Putin y Kim Jong-un. … Continuar leyendo